🛫 Bolivia: Crónica de un reencuentro esperado

La Paz, Bolivia | Día 1

Apenas aterrizo y me reencuentro con ella: la altura. 

Estoy en la ciudad de El Alto y su nombre ya lo dice todo: se encuentra a 4.150 msnm. (metros sobre el nivel del mar), una altitud muy superior a la de Asunción que se encuentra a solo 40 metros. La diferencia es muy grande, y unos minutos más tarde mi cuerpo me lo hará sentir.

Tengo dos opciones para llegar hasta mi hostal en la ciudad de La Paz que está a 10 km de distancia: tomar un taxi desde el aeropuerto, o ir caminando hasta la estación más cercana del teleférico. La primera opción cuesta 10 veces más, pero para la segunda debo caminar 3 km. 

Elijo la segunda opción, porque me esperan 24 días de viajes y tengo que hacer que mi presupuesto alcance. No me puede pasar lo mismo que en mi primera visita a Bolivia en el 2018, cuando me quedé sin dinero para el pasaje de regreso por un imprevisto de último hora.

Teleférico en la ciudad de El Alto

Sobre El Alto leí muchas cosas antes de venir: que es la ciudad más alta del mundo, que tiene el aeropuerto internacional más alto del mundo (del cual acabo de salir), que acá se realiza una de las ferias más grandes de Bolivia y de Latinoamérica (más de 200 cuadras de puestos callejeros), y por sobre todo que es la ciudad más peligrosa de Bolivia. En el 2018 viajé por el país de sur a norte y viceversa, y en ningún solo momento me sentí inseguro, así que espero que esta vez no sea diferente, solo debo ser precavido y estar atento.

Lo primero que veo al salir del aeropuerto son las montañas nevadas que vigilan a toda la ciudad. Es imposible no parar un rato para admirar este paisaje y quitar varias fotos. Una de las cosas que más amo de Bolivia es que está repleta de montañas.

Montañas vistas a lo lejos al salir del aeropuerto de El Alto

Luego de unas cuadras de caminata me quito el abrigo. El clima de El Alto está clasificado como subpolar oceánico y puede nevar en cualquier época del año; pero a pesar del frío que hace, siento calor y empiezo a sudar debido a la dificultad para respirar a esta altitud. 

Entro al primer local de comida que aún tiene disponible una opción de pollo a las 2 de la tarde. Empiezo a comer y un rato después tengo que parar porque siento que se me cierra la garganta, me falta el aliento y me duele un poco la cabeza, y eso que estoy sentado y quieto. La altitud no es joda.

Después de descansar un rato (y dejar la mitad de la comida en el plato) sigo mi camino, aún me faltan unas cuadras para llegar a la estación del teleférico que me va a llevar hasta el centro de La Paz, la capital más alta del mundo. Acá en Bolivia casi todo es "lo más grande o lo más alto" del mundo. Este país no deja de sorprenderme.

En el mirador de la estación, tomo unas fotos de la increíble vista que se tiene de La Paz desde acá. 

Al subir al teleférico una persona me recibe con un obsequio inesperado, estaban promocionando chocolates. Que lindo es estar de vuelta en el país que me inspiró a querer viajar por el mundo.

Regalo de bienvenida. No patrocinado (?)

Entrada principal de la estación central del teleférico de La Paz

Esta vez no tuve tiempo de aclimatarme a la altura: pasé de 40 msnm. a más de 4.000 en solo unas horas. Al llegar al hostal empiezo a sentir el mal de altura o 'soroche', que a partir de los 2.500-3.000 metros de altitud produce en muchas personas síntomas que pueden ir desde náuseas, dolor de cabeza o cansancio extremo; hasta un edema pulmonar o un infarto de miocardio en el peor de los casos. En mi caso el cuerpo no me dá para salir a recorrer la ciudad como tenía planeado, necesito descansar urgente para recuperar fuerzas y acostumbrarme a la altura. Me voy a duchar y luego me acuesto un rato.

Desde la ventana de mi habitación puedo ver los picos nevados del Illimani, la segunda montaña nevada más altas de Bolivia, que alcanza los increíbles 6.460 msnm. Imposible no emocionarse con semejante paisaje.

Nevado Illimani visto desde la ventana de mi habitación

Zoom a 3 de los 4 picos nevados del Illimani

Cuando comienza a atardecer me subo a la terraza. Me acuesto en un hamaca y agradezco estar ahí. Me siento muy afortunado por este reencuentro tan anhelado con Bolivia, con sus montañas, con su altura. 

Me siento muy feliz de estar de vuelta en este hermoso país que hizo estallar todos mis sentidos cuando lo visité unos años atrás, y desde entonces siempre pensaba si alguna vez tendría la oportunidad de volver. Y acá estoy, listo para una par de aventuras extremas antes de cruzar al próximo nuevo destino: Perú. 

Esto definitivamente recién empieza.

Terraza del hostal con hamacas y vistas a la ciudad y al Illimai

⏩ Actividades en Bolivia para los próximos días: recorrer la ciudad de La Paz a pie incluyendo el Mercado de las Brujas, llegar por mi cuenta al mítico Valle de las Ánimas, y escalar durante 3 días hasta llegar a la cima del nevado Huayna Potosí a 6.088 msnm.

Nadie me mueve de este hamaca por hoy